Cuento
Mi hermano es un sicario
Hace varios días que no puedo
conciliar el sueño tranquila….
Llueve, las noches más frías y
lúgubres que el mes de junio puede pedir. A tempranas horas de la madrugada
todas las personas dentro de un rango normal se encuentra en sus camas;
calentitas y dándose el placer de dormir. Pero hay alguien que falta…Mi
hermano.
He llegado a pensar que sus
motivos para estar fuera de nuestra casa sean solo tonterías. Tal vez tenga una
novia, o salga de joda. Mi intriga saberlo.
Una noche, desesperada para
confirmar mis dudas, tuve la grandiosa idea de investigar su balcón. Empecé
revisando mochilas, armario, debajo de la cama, por todos lados, y nada. Era
frustrante, así que pensé en que estaba gastando mi tiempo e cosas sin sentido.
Fue ahí cuando sin querer, tropezando con la puerta del armario para salir,
cayó algo de arriba del armario. Era una carta, lo más llamativo es que
tenía….¿sangre?, si sangre; y tenía un nombre tachado varias veces con lápiz
negro de color, Donovan Carvel.
Fue difícil conciliar el sueño
después de esto. Mi mente era un descontrol, sabía que algo no andaba bien y me
moría por saber que, así que tomé una decisión. El caso está en mis manos.
A la mañana siguiente, mamá había
preparado el desayuno.
-¿No vas a querer una tostada
entonces?- dijo mirándome extrañada.
-La verdad que no, no me apetece
comer con tanto misterio acá en casa-siempre devoraba 5 tostadas en el
desayuno, creo que no fue muy sutil de mi parte.
-Como quieras. Te dejo amor, nos
vemos a la noche- mamá trabajaba en un muy importante banco de la ciudad, pero
aún así éramos una familia sencilla.
Después de que se fue, seguí en
la cocina pensando en ese tal Donovan, hasta que el sospechoso número uno
anunció sus presencia.
-Buuuueeeeeenos días
tonta…¿todavía quedan galletitas? Me muero de hambre.
-Si, en la alacena. Por
cierto….¿Porque estás llegando muy tarde a la casa últimamente?. NO es que me
importe, digo…..
-Cosas de gente grande, pequeña.
Además te ves muy cansada
-No estoy durmiendo bien.
-Ya veo.
-Si, al menos lo notaste- me miró
fijamente.
-¿Eso es sarcasmo?
-No, para nada.
-Okay
Por un momento el ambiente se
puso muy tenso. Juro que podía tocar el aire.
-Me voy a bañar, sino llegaré
tarde a la reunión semanal, es todo un tema porque….- se calló abruptamente.
-¿Qué reunión?- eso era
interesante.
-Nada, volvé a tu desayuno, nos
vemos.
Eso si fue extraño
Mientras se duchaba, aproveché
para ver si en su habitación habían nuevas pistas que ayer anulé por completo.
Nada, todo igual.
Quise ver de nuevo el nombre
completo de ese hombre de la carta, podía buscar información después de todo
eso no era malo.
Como gran torpe que soy, se me
escapó la carta de mis manos y cayó debajo de la cama. Me agaché a recogerla y
sentí algo duro debajo de mi mano; era pequeño, frio, de hierro; por lo que
veo, y puntiagudo. Al asomarme vi algo que o esperaba encontrar….Una bala,
usada y manchada con sangre seca.
Esto no podía ser real, pero
todas las pistas encajaban: la carta, su manera rara de comportarse, la
bala…hay que tomar medidas drásticas.
Luego de que se fuera a la
universidad, se me dio por seguirlo. Como siempre se detenía a atarse los
cordones cada 7 cuadras. Que estúpido.
Íbamos llegando a la equina del
edificio cando giró a la izquierda desenfrenadamente, y se encaminó por un
estrecho pasillo al que daba el lateral a una fábrica de cajas. Lo más extraño
fue que lo esperaba un hombre. Tez blanca, no muy viejo, y con rostro
irreconocible por la capucha que le tapaba la cara.
Me escondí detrás de un cubo e
basura, y presté atención a su conversación.
-¿Trajiste la plata?-Preguntó el
hombre.
-No, no la hay. No estaba de
acuerdo.
-Mhhhhhm de acuerdo…¿noticias de
Don?
Dijo “Don”, será por….
-Sip. Trabajo hecho. Fue más
fácil delo que pensaba. Aunque se defiende muy bien.
-Es un desgraciado, merecía
morir.-No por favor no.
-Eu, que te quede claro algo, a
mi me contratan para cumplir un objetivo, lo resuelvo, me pagan y desaparezco.
Me sentía mareada y perdida.
-Mañana tendrás tu paga. Por
ahora te felicito por acabar con ese bastardo.
-No hay de que. La sangre menos
inocentes la más fresca.
-Necesito que me enseñes como
disparar con tanto estilo.-le decía de una forma tan natural.
-Claro, pero…¿no querrás decirme
algo más?
-Si, tu próxima víctima.
Alcancé a distinguir u papel
arrugado en ml estado. Cuando miré mas de cerca vi la cara de mi hermano, para
de un bronceado suave a un blanco nieve.
-No puede ser.-Fue lo único que
dijo.
-Lo siento, pero de tal palo, tal
astilla.-El hombre sonrió maliciosamente.
Más allá de la sorpresa entendí
todo.
-Papá, voy por vos-dijo mi
hermano.
Fueron las palabras más duras que
había escuchado.
Mi hermano, era…..un sicario. Y
lo peor de todo, su próxima víctima era un sucio, atrevido, controlador, vago,
pero ates que todo…nuestro padre.
Continuará…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario